Dólar
Por los movimientos de los últimos días, se incrementó el interés por la cobertura que brindan los contratos a futuro. Los analistas hacen foco en dos cuestiones: la mayor brecha cambiaria y la escasa oferta exportadora.
En tiempos de incertidumbre cambiaria y financiera, el dólar futuro es uno de los termómetros que la economía tiene para manifestar sus dudas. Esa cotización se despertó desde la última baja de tasas, a mediados de mayo, y profundizó el alza en el arranque de junio.
“Los futuros de dólar empezaron a subir de manera generalizada a partir de este lunes. Desde entonces, el tramo corto de la curva de futuros aumentó entre 0,4% y 2,7%, el medio entre 4,2% y 5,2%, y el largo entre 5,8% y 4,1%”, detalló Melina Eidner, economista de PPI. La especialista indicó que los contratos de dólar futuro más representativos son los que vencen entre junio y septiembre, ya que acaparan alrededor del 80% del volumen operado.
De acuerdo con los precios informados por MatbaRofex, el principal mercado de dólar futuro, esas cotizaciones cerraron el jueves a $925 por dólar para junio (subió 0,4% desde el viernes pasado); $968 en julio (aumentó 1,5%); $1018 hacia agosto (trepó 2,7% y llegó a las cuatro cifras); y $1073 en septiembre (+4,2%).
Son varios los factores que pueden hacer subir al dólar futuro, pero los analistas hacen foco en dos cuestiones: la mayor brecha cambiaria y la escasa oferta exportadora, que complica la acumulación de reservas por parte del Banco Central. “La razón principal, a nuestro entender, es la caída en los flujos totales de exportación, aún con la mejora para el agro”, afirmó Juan Manuel Franco, economista jefe de Grupo SBS.
A su turno, Eidner completó: “Al ser instrumentos de cobertura contra el tipo de cambio oficial, el mayor apetito del mercado por los futuros se explicaría por el ensanchamiento de la brecha cambiaria en las últimas ruedas. Algo similar sucedió en el rally anterior del contado con liquidación y el dólar MEP, que se dio entre el 20 y el 22 de mayo”.
Devaluación más rápida en el horizonte
Cuando la economía tiene cepo cambiario, el valor del dólar futuro se puede considerar como el precio que el mercado le pone al tipo de cambio oficial al cierre de cada uno de los próximos meses. Por lo tanto, ese mercado se ve como una suerte de curva de las expectativas de devaluación.
Con respecto a la tasa de devaluación que descuenta cada plazo, Franco indicó que aumentó con más fuerza para los contratos que vencen en agosto y septiembre, que se alejan del sendero marcado por el equipo económico. De todos modos el economista puntualizó que la suba implícita todavía es menor al 6% mensual, a pesar de que ese valor duplica al 3,1% que se vio durante mayo.
“La presión sobre los tipos de cambio alternativos aumenta la brecha cambiaria y eso suele estar asociado a un aumento en las expectativas de devaluación. Si bien el Gobierno asegura que seguirá con el crawl de 2% mensual para el dólar oficial, creemos que hay que seguir bien de cerca los flujos de liquidaciones, aun con tasas de devaluación implícitas que por el momento siguen siendo bajas a pesar de la suba reciente”, apuntó el economista.
En la misma línea, desde Aurum señalaron que, los futuros empezaron a subir en las últimas tres semanas, luego del último recorte de tasas, y puntualizaron que a partir de agosto, ese mercado prevé una aceleración en el ritmo de depreciación del peso en el segmento oficial.
Qué es el dólar futuro
El dólar futuro es un producto financiero complejo, de la familia de los derivados. Se trata de un contrato a término donde las partes se comprometen a comprar o a vender un activo financiero, en una fecha fijada con anterioridad.
En el caso del dólar a futuro, se venden contratos que se negocian en pesos y se pagan al tipo de cambio oficial al momento del vencimiento. El vendedor del contrato se compromete a entregar una cierta cantidad de dólares (en moneda local) y para ello se pacta entre las partes un precio del tipo de cambio esperado para esa fecha.
Al momento del vencimiento del contrato, puede haber una diferencia de precio entre el tipo de cambio convenido y el oficial. Si el oficial está por encima de lo fijado en el contrato, el vendedor tendrá que abonar la diferencia. Si está por debajo, será el comprador quien tenga que pagar esa brecha. En rigor, esa compensación se realiza en forma diaria, en lo que se conoce como liquidación de diferencias.
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