Salud emocional y financiera.
En el complicado escenario económico actual, en el que el mundo pasó por dos años caóticos por la pandemia de coronavirus (así como una compleja recuperación), el estrés financiero se ha convertido en un fenómeno cada vez más común. Este estado de ansiedad vinculado a la situación económica personal puede afectar la salud mental y física de las personas.
Los gastos inesperados y la incapacidad de ahorrar suelen ser factores que pueden desencadenar estrés, ansiedad y otros trastornos. De acuerdo con el Banco Mundial, en América Latina la situación es un poco más complicada, sobre todo en las zonas de menos ingresos, pues la mayoría de los países de la región dedican menos del 2% de su presupuesto total de salud a las enfermedades de mentales, lo cual representa un doble problema.
Diversos estudios realizados a propósito de la pandemia, las finanzas personales (30%) y la situación económica familiar (29%), son algunos de los principales motivos de estrés en países como México, Argentina, Colombia, Perú y Brasil después de la COVID-19. Pero, ¿qué es el estrés financiero y qué lo causa?
¿Qué es el estrés financiero?
El estrés o ansiedad financiera se refiere a la angustia y presión ante una situación económica llena de incertidumbre o como consecuencia de varias dificultades económicas. Si se habla de estrés financiero se alude al malestar que experimentan las personas a partir de situaciones cotidianas relacionadas con el dinero, como pensar en no poder pagar las cuentas indispensables, no tener dinero antes de final de mes, o tener con el presupuesto antes de liquidar las deudas pendientes.
Pasar por estrés financiero se traduce en ansiedad, preocupación, enojo, tristeza e incluso síntomas físicos, y pasa a ser como un “telón de fondo” que nos resta calidad de vida. Algunos de los síntomas físicos que se pueden expresar a causa de esta situación son el constante dolor de cabeza, dolor de hombros, pesadez en los ojos, cansancio excesivo.
Además de ello, el estrés financiero suele causar insomnio, depresión, alteraciones del sistema inmune o problemas cardiovasculares, entre otras afecciones.
“Toda esta sintomatología, unida a la falta de concentración, sensación de cansancio constante o cambios de comportamiento (irritabilidad, apatía, tristeza, etc.) que también provoca el estrés financiero, podrían afectar, a su vez, a tres aspectos clave para el bienestar emocional: la familia, el entorno social y el contexto laboral”, desglosa el Banco Mundial en su estudio.
Causas del estrés financiero
Uno de los principales desencadenantes del estrés financiero es el endeudamiento desmedido. Ya sea por préstamos estudiantiles, hipotecas, tarjetas de crédito, e incluso en la actualidad préstamos por aplicaciones móviles, las deudas acumuladas pueden generar una presión constante, afectando la calidad de vida y generando ansiedad.
Usualmente, quienes tienen deudas no saben cómo administrar el dinero para salir de ellas, ya que a la par se tienen los gastos cotidianos o algunos pagos de emergencias que surgen en el día a día. Muchas veces, no entender conceptos como pago mínimo y pago para no generar intereses genera confusiones que provocan que los usuarios paguen más por las tasas de interés que por la deuda inicial.
Otro de los factores que conllevan al estrés financiero es la falta de estabilidad en los ingresos. Empleos temporales, contratos freelance o la inseguridad laboral pueden generar incertidumbre financiera al no saber si contarán con un pago seguro para lograr pagar sus cuentas. A esto se suman las eventualidades inesperadas, como emergencias médicas o reparaciones del hogar, las cuales pueden desequilibrar el presupuesto mensual.
Si bien no se considera como algo esencial aún, debido a la situación misma de Latinoamérica (en la que los sueldos son por debajo del promedio internacional), los ahorros y fondos de emergencia son básicos para evitar la angustia financiera, ya que estos permiten hacer frente a imprevistos cuando las personas se encuentran vulnerables ante cualquier crisis económica.
Cómo detectar el estrés financiero
Las personas bajo estrés financiero pueden experimentar cambios en su comportamiento, como irritabilidad, insomnio o aislamiento social. Estos signos pueden indicar una carga emocional vinculada a la situación económica. Al mismo tiempo, el temor constante al futuro y la dificultad para concentrarse en otras áreas de la vida que no estén directamente vinculadas al dinero son señales claras de estrés financiero.
Como se mencionó anteriormente, la ansiedad financiera puede manifestarse a través de problemas de salud, como dolores de cabeza, problemas gastrointestinales o incluso trastornos de ansiedad y depresión. Estar atentos a estos síntomas es crucial para abordar el problema a tiempo.
Consejos para evitar y combatir el estrés financiero
Enfrentar el estrés financiero es crucial para mantener un equilibrio emocional y físico en la vida cotidiana. Identificar las causas, saber detectarlo a tiempo y aplicar consejos prácticos pueden marcar la diferencia en la construcción de una base económica sólida. Adoptar medidas preventivas y aprender a gestionar las finanzas son pasos esenciales hacia una vida financiera saludable y sostenible.
Aquí hay seis tips para reducir y aliviar la angustia por la economía personal:
1. Elaborar un presupuesto realista
Crear un presupuesto realista y ajustarse a él es esencial para tener control sobre las finanzas. Identificar gastos innecesarios y establecer prioridades puede aliviar la presión financiera.
2. Buscar asesoramiento financiero
Consultar con un asesor financiero puede proporcionar estrategias específicas para mejorar la situación económica. Estos profesionales pueden ayudar a planificar la gestión de deudas y establecer metas financieras alcanzables.
3. Establecer metas financieras a corto y largo plazo
Definir metas financieras concretas puede brindar un sentido de propósito y motivación. Tener un plan para el futuro puede reducir la incertidumbre y mejorar la salud financiera a largo plazo.
4. Fomentar el ahorro regular
Establecer el hábito de ahorrar regularmente es clave para evitar el estrés financiero. Construir un fondo de emergencia puede proporcionar seguridad ante imprevistos y reducir la presión económica.
5. Diversificar fuentes de ingresos
Explorar diferentes fuentes de ingresos, como inversiones, trabajos freelance o proyectos paralelos, puede ofrecer una red de seguridad financiera ante cambios inesperados en la situación laboral.
6. Educación financiera
Mejorar la comprensión de conceptos financieros básicos puede empoderar a las personas para tomar decisiones informadas sobre sus finanzas. La educación financiera es una herramienta poderosa para prevenir el estrés económico.
Hoy en día se debe fomentar en niños, jóvenes y adultos la importancia de una buena salud financiera a través de diversas herramientas y acciones que les ayuden a contar con el conocimiento necesario para ahorrar y más adelante invertir. Lo anterior permitirá a las personas vivir de una forma tranquila, sin ningún estrés financiero que pueda convertirse en preocupación o angustia en su vida cotidiana.
Evitar esta cadena de efectos negativos sobre nuestra salud, es posible si, ante los primeros signos de crisis económica personal, no se espera a que se agraven y se establecen algunas medidas para protegerse.