Política
El presidente Javier Milei avanza convencido de que el proyecto de Ley Ómnibus debe ser aprobado por el Congreso en enero, durante el período de sesiones extraordinarias. Desde que la Ley Bases ingresó en Diputados, el Gobierno intentó ejercer presión sobre los legisladores. Sin embargo, la estrategia del Gobierno se habría agotado en las condiciones que intenta fijar la oposición.
En ese contexto, el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, dijo este lunes que aceptarán modificaciones en el proyecto de ley denominado Bases y Puntos de Partida para La Libertad de los Argentinos. «Se aceptan sugerencias», afirmó, aunque aclaró que «no se negocian el norte ni las ideas». «Yo he recibido algunas sugerencias que son de muchísimo valor de quienes quieren acompañar el cambio y han tomado nota de la crisis que estamos atravesando», agregó.
Este domingo, al ser consultado por la posibilidad de discutir modificaciones en la iniciativa que envió al Congreso, el presidente Milei remarcó que «no negociamos nada, sólo aceptamos sugerencias para mejorar».
Luego, en el mismo reportaje con Radio Mitre, volvió a cargar contra los diputados y senadores, a los que hace algunos días acusó de «buscar coimas». «Se quejan, lo atacan de inconstitucional cuando está dentro de la Constitución. Y sino hay otros que son los idiotas útiles que hacen foco sobre las formas, cuando es parte de la dinámica«, dijo al defender el DNU de desregulación económica. «Por más que estamos haciendo un laburo fenomenal, cuando el Congreso se pone a hacer estupideces, te pasa la factura», añadió al abordar el plano económico, en la antesala de que el INDEC dé a conocer el dato de inflación de diciembre.
El ambicioso proyecto de ley que envió el presidente ganó apoyo entre un sector de lo que alguna vez fue Juntos por el Cambio, donde el sector más duro del PRO, que se referencia en Mauricio Macri, se muestra dispuesto a acompañar la iniciativa. Pero el oficialismo debe reunir más adhesiones si quiere que el proyecto llegue a buen puerto.
Descontado el rechazo del kirchnerismo, surgieron algunos cuestionamientos en un sector que apuesta a entablar un diálogo con el Gobierno.
«Tiene que gobernar con el Congreso», reclamó el diputado Miguel Ángel Pichetto, jefe de este último bloque que podría resultar fundamental en el debate legislativo.
En el radicalismo que conduce Rodrigo de Loredo, pidieron al Gobierno retirar «las pavadas» del proyecto, entre las que mencionó la decisión de que los jueces utilicen toga y martillo o que se regule la reventa de entradas para espectáculos. Según trascendió, habrían elaborado un semáforo para calificar los 600 artículos que conforman el documento.
En la misma línea, desde el ARI que lidera Maximiliano Ferraro reclamaron a los funcionarios «identificar las prioridades para enfocarnos en los temas que el plan del Gobierno requiere para estabilizar una economía en crisis profunda».
Así, la oposición intenta encarar una negociación con el Gobierno, que corre contrarreloj para cumplir con la orden del Presidente de aprobar el proyecto antes de febrero.