El anuncio de Mauricio Macri puso en alerta al Gobierno: varios ministros que tienen familiares desempeñándose en la administración pública deberán pedirles que renuncien. Esto ya hizo Jorge Triaca (Trabajo), con su mujer y sus dos hermanas, y lo deberán hacer otros integrantes del Gabinete. En cambio, hay quienes amparados en la letra chica del decreto, evitarán el corte.
En principio, el Presidente anunció que firmará un decreto mediante el cual establecerá que ningún ministro del Gobierno nacional podrá tener un familiar, «designado o contratado en ninguna dependencia de la Administración Pública Nacional». Esto incluye, según pudo saber Clarín de fuentes oficiales, a Organismos Descentralizados y/o Desconcentrados, y a las empresas públicas.
El encargado de explicar la medida fue el ministro de Modernización Andrés Ibarra, que si bien indicó que «en los próximos días se analizarán los aspectos reglamentarios» del decreto y «se verán las decisiones que se tengan que tomar», adelantó que la medida contemplará hasta «segundo grado de consanguinidad o afinidad».
Esto es: padres, hijos, cónyuge, hermanos, abuelos y nietos. También nueras, yernos y cuñados.
El más perjudicado será el ministro de Trabajo Jorge Triaca, dado que tres familiares directos deberán dejar cargos estratégicos en la administración pública: su mujer Cecilia Loccisano saldrá de la estratégica subsecretaria de Coordinación Administrativa del Ministerio de Salud; y sus hermanas, Mariana y Lorena Triaca, del directorio del Banco Nación y de la Agencia Argentina de Inversiones. Pero Triaca no es el único.
El propio jefe de Gabinete Marcos Peña tiene quedó tocado: su hermano Andrés es subsecretario de Desarrollo Institucional Productivo del Ministerio de Producción. En las próximas horas quedará afuera del Gobierno. De igual modo, su padre, Félix Peña, quien ofició de asesor en ese ministerio.
Otro afectado por la medida es el ministro del Interior Rogelio Frigerio, de familia con mucha trayectoria en la política. Su mujer, Victoria Costoya, trabaja desde hace varios años cerca de la ministra de Desarrollo Social Carolina Stanley, pero igual deberá dejar su puesto como directora de Financiamiento Internacional y Cooperación Internacional de Desarrollo Social.
Octavio Frigerio, padre del ministro, tampoco podrá continuar como director de YPF. El que se «salvará» es su tío, Mario Frigerio, designado en septiembre subsecretario de Investigación, Desarrollo y Producción del Ministerio de Defensa.
En la familia Aguad también habrá movimientos. Oscar, el ministro de Defensa, deberá pedirle a su yerno, el titular de Arsat Rodrigo de Loredo, que dé un paso al costado.
Carolina Stanley, en tanto, podrá mantener a su prima, Cecilia Stanley, en la Jefatura de Gabinete de Asesores de su Ministerio: la medida alcanza hasta el segundo grado de consanguinidad.
Otro que se salvó justo fue el ministro de Modernización Andrés Ibarra. Su mujer, Carla Piccolomini fue Directora de Relaciones Institucionales de Radio y Televisión Argentina hasta diciembre. Hubiera tenido que renunciar. Pero fue candidata y ahora es diputada.
En su ministerio, sin embargo, Ibarra tendrá una baja: la de Francisco Langieri Bullrich, quien por ser hijo de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich no podrá seguir como director de Gestión de Proyectos Sur, en la Secretaría de País Digital.
El ministro de Transporte Guillermo Dietrich había logrado asegurarle continuidad en el Estado a su cuñado, Juan Pablo Alvarez Echagüe, un ex funcionario clave de Daniel Scioli en la Provincia: lo ungió al frente del Instituto Argentino de Transporte. Con el decreto de Macri, deberá renunciar.
Aunque cultiva el bajo perfil, el ministro de Turismo Gustavo Santos generó revuelo el año pasado cuando incorporó como jefe de Asesores de Gabinete a su hijo, Matías Santos Crocsel, a quien incluso llevaba a las reuniones de seguimiento de gestión con el Presidente.