Los cuidados intensivos para niños prematuros han evolucionado, se busca fortalecer el vínculo desde el inicio.
El nacimiento prematuro de un bebé es una noticia que tiene un alto impacto en los padres que, en muchos casos, se ven sorprendidos por una situación compleja y no cuentan con las herramientas para afrontarla.
Los cuidados intensivos que requieren los niños nacidos antes de término llevaron, durante muchos años, a que sus primeros días de vida transcurrieran distanciados de sus familias, que habitualmente accedían a los servicios de neonatología en horarios acotados o ante situaciones concretas que demandaran su presencia.
Pero los tiempos cambiaron. En la actualidad, se impulsa un cambio de paradigma que busca reducir las barreras que interrumpen ese primer vínculo. Este proceso se ve claramente reflejado en los lemas que se vienen planteando en la Semana de la Prematurez, una iniciativa de UNICEF que cuenta con el apoyo de las principales sociedades científicas y entidades médicas del mundo, y que se lleva a cabo entre el 13 y el 17 de noviembre.
El año pasado, por ejemplo, el objetivo fue promover el contacto piel a piel frecuente entre los niños y sus padres. En esta nueva edición, el lema va incluso más allá: “Acceso de la familia a la NEO. Sin restricciones. Sin horario. Todo el tiempo”.
Ningún padre está preparado para un nacimiento prematuro. La mayoría de las veces es una situación imprevista que provoca angustia. Ellos refieren sentimientos de inseguridad y temor. Permitir el ingreso irrestricto, sin horarios y todo el tiempo que ellos puedan, los ayuda a elaborar y reducir estos temores y preocupaciones. Por otro lado, favorece que el vínculo con su bebé vaya creciendo a medida que pasan los días. Es fundamental que todo el equipo de salud (enfermeras, médicos, psicólogos, puericultoras, kinesiólogos) conozca la importancia de la presencia de los padres y acompañe con profesionalismo, comprensión y afecto este proceso.
Los especialistas recomendamos facilitar el acceso de los padres sin restricciones, porque favorece el crecimiento del niño, mejora la lactancia y acorta los tiempos de internación. De este modo, al contar con una participación activa en la atención del bebé, se mejora el apego y la confianza para el cuidado futuro.
El acceso de la familia el mayor tiempo posible, además de disminuir los días de internación, mejora los resultados en el neurodesarrollo y favorece el inicio y duración de la lactancia. La alimentación con leche humana estimula el crecimiento y disminuye algunas de las morbilidades asociadas a la prematurez.
Cada minuto que madres y padres acompañan a sus hijos es tiempo ganado y suma experiencias compartidas que serán de gran valor una vez superada la etapa de internación. El doctor Jorge Lezcano (MN 110054), jefe del Servicio de Neonatología del Sanatorio de los Arcos, explicó que, con la guía del personal de enfermería, “pueden observar los cambios del niño, alertar ante la aparición de algún signo desfavorable y ayudar en las tareas de baja complejidad como es la alimentación progresiva del prematuro, su higiene y su confort”.
“Esto sirve de contención familiar y ayuda a los padres a sobrellevar el estrés y la preocupación que genera tener un hijo/a internado en UCIN (unidad de cuidados intensivos neonatales). También, muchas veces, al recibir capacitación sobre el cuidado del bebé prematuro y sus necesidades podrán ayudar a los papás de una manera más efectiva al alta”, detalló el especialista.
Otro factor importante es que en los servicios de neonatología los padres establecen vínculos con familias que están atravesando una situación similar. “Esta interacción permite compartir situaciones que tienen un gran peso emocional y alivia el aislamiento e incomprensión que pueden sentir estos padres. Se genera un intercambio de información y consejos sobre el cuidado de los bebés prematuros y una orientación sobre cómo enfrentar desafíos comunes. El compartir experiencias y espacios comunes muchas veces lleva a la formación de amistades duraderas”, agregó Lezcano.
Los desafíos del cambio de paradigma
“Cuando se implementa este cambio inicialmente puede resultar difícil acostumbrarse a trabajar con la presencia de los padres. Pero el tiempo y la experiencia demuestran que es beneficioso para las familias y para los equipos de salud”, planteó, por su parte, la doctora Tania Maidah (MP 4430), jefa de Neonatología del Sanatorio Altos de Salta. Al tiempo que destaca que esta situación mejora la relación médico-paciente generando un vínculo de confianza mutua.
Lo cierto es que la presencia de los padres en la UCIN es un desafío, porque si bien son conocidos sus múltiples beneficios, en muchos lugares es difícil su implementación. Muchas veces es debido a la resistencia o temor que genera la presencia de los padres. “Es fundamental que todas las organizaciones (sociedades científicas, autoridades sanitarias) se comprometan para alcanzar los objetivos que constituyen el lema de esta semana de la prematurez, empoderando a la familia para participar a los cuidados”, remarcó Maidah.
Esta situación se debe tener en consideración a la hora de armar o reorganizar los espacios de los servicios de neonatología, para que estén preparados para la presencia y circulación de las familias. En algunas maternidades existen incluso residencias para familias que viven lejos y que tienen dificultades para el acceso a la institución.
“La presencia de los padres permite también realizar una tarea educativa como el curso de RCP, pautas de sueño seguro y otros temas que sirven para el cuidado del bebé luego del alta y prevenir situaciones de riesgo”, agregó Maidah.
Uno nacimiento prematuro cada diez
De acuerdo a las últimas estadísticas registradas en Argentina por la Dirección de Estadísticas e Información en Salud, que son de 2021, cada año nacen 46.710 antes de completar las 37 semanas de gestación, por lo que se los considera prematuros según el parámetro establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Existen una serie de factores de riesgo que pueden aumentan las posibilidades de prematurez. Los principales son que la madre haya tenido un nacimiento o trabajo de parto prematuro previo, estar embarazada de mellizos, tener problemas de salud a largo plazo (como una enfermedad cardíaca o una renal), fumar o usar drogas ilegales (como la cocaína), padecer complicaciones del embarazo como infecciones, presión arterial alta, diabetes, problemas de la placenta o poco tiempo de separación entre un embarazo y otro. En cuanto a la prevención, lo principal es el adecuado control antes y durante el embarazo, con consultas prenatales periódicas que permiten identificar estos factores de riesgo.
En 2013, Unicef publicó un decálogo con los derechos de los niños nacidos en forma prematura. Allí se establece, por ejemplo, que las familias tienen “pleno derecho a la información y a la participación en la toma de decisiones sobre su salud a lo largo de toda su atención neonatal y pediátrica” y que, además, el bebé de ser “acompañado por su familia todo el tiempo”.
En los servicios de Neonatología de Swiss Medical, por ejemplo, se realizan acciones destinadas a favorecer la permanencia de los padres como reuniones individuales, familiares y grupales. Estas últimas son coordinadas por la psicóloga del servicio, participando enfermeras, médicos, puericultoras. En ellas comparten en forma grupal, temas de interés y preocupaciones que surgen durante la internación. Esto facilita que transiten esta experiencia de la mejor manera posible. Muchas de las internaciones por prematurez son prolongadas y estas acciones facilitan la interacción de los padres entre ellos y con el equipo de salud.
*La doctora Ana Pedraza (MN 42867) es jefa médica de Neonatología de la Clínica y Maternidad Suizo Argentina.