La posibilidad de levantar el cepo, según Sergio Massa, comenzaría a tener forma en diciembre de 2024. Es que el ministro de Economía señaló, frente a la posibilidad de ser presidente, el punto final sobre una problemática que controla la salida de capital en un contexto adverso para el Banco Central, pero también limita inversiones. Señal fiscal, recuperación de la demanda de dinero, mejora del sector externo y apoyo político, las claves para despegar de las restricciones cambiarias.
Economía.
Leandro Mora Alfonsín, economista especialista en política industrial, le agrega un condimento más al plan: corrección de precios relativos, principalmente tipo de cambio junto con tarifas, tasa de interés y salarios. A su vez suma, entre otros elementos, retomar el sendero de los mercados internacionales, dependiendo del tipo de acreedores disponibles y la tasa ofrecida. “Sin las bases de un plan relativamente claras, ponerle fecha al fin del cepo es una expresión de deseos. No hay un botón de cepo sí o cepo no, se va aflojando en virtud de que la propia economía te permite ir saliendo”, explica Alfonsín.
Por último, para Guillermo Abadi, también especialista industrial, un escenario sin cepo podría llegar hacia fines de 2024 o “incluso antes”, en caso de seguir un programa económico que estabilice la economía. Junto con los otros puntos mencionados, con los que concuerda, considera necesaria una política de ingresos que sostenga al segmento que podría sentir mayormente las consecuencias. Además, resalta la importancia de una buena cosecha y sectores estratégicos como Vaca Muerta y el litio, que ayuden a la mejora del panorama externo y llegada de dólares. “Los desequilibrios acumulados actualmente son insostenibles”, concluye el analista.
Implementación del cepo cambiario
La implementación del cepo cambiario a fines de 2011 implicó el regreso de los controles de cambio como herramienta de política económica. La reglamentación administrativa sobre compra y venta de divisas profundizó su letra chica hasta el 16 de diciembre de 2015, momento en el que el ex ministro de Hacienda, Alfonso Prat- Gay, anunció su fin. “El que quiera exportar va a exportar, el que quiera importar va a importar, el que quiera comprar o vender dólares, lo va a poder hacer. Así es como funcionan las economías normales”, aseguró ese día.
Casi cuatro años después, el 1° de septiembre de 2019, Mauricio Macri dio marcha atrás con la decisión a través del DNU 609 e impuso nuevas restricciones para evitar la fuga de divisas, en el marco de una sangría fenomenal para el Banco Central y las exigencias del FMI. Así, se fijó el límite para adquirir dólares en u$s10.000 por mes. Pero también duró poco: el 28 de octubre la debilidad del contexto obligó al ex mandatario al ajuste del cepo a u$s200 mensuales para atesoramiento y gastos en el exterior, monto que decidió el presidente Alberto Fernández mantener hasta la actualidad.
En diálogo con Ámbito, un banquero reconoció en off que es “imposible” quitar el cepo de un día al otro, que se trata de un proceso. “Con la cantidad de pesos y baja cantidad de dólares en el canal formal, no existe levantar el cepo inmediatamente”, asevera. En esa línea, Alfonsín destaca la importancia de evitar saltos abruptos “para no tener una sobrerreacción del mercado y una potencial corrida”.