Política
La estrategia asomó incipiente en el búnker de Unión por la Patria (UP) en la madrugada del domingo al lunes, cuando las pantallas de televisión mostraban al peronismo tercero. “Hay que apuntarle a Javier Milei. Es la nueva oposición y Sergio Massa tiene que construir una nueva mayoría”, dijeron dirigentes que no podían creer cómo los había tapado la ola violeta de votos libertarios. Esa reacción instintiva, de supervivencia, empezó a tomar cuerpo en las últimas horas y se definió como la táctica preliminar para retomar la iniciativa política de cara a las elecciones del 22 de octubre. Quedan por delante 67 días.
Se trata de un plan que se ve favorecido por una dinámica que empezó antes de las primarias y que se agudizó en las últimas semanas: la pelea sin retorno entre Milei y Patricia Bullrich, la candidata a presidenta de Juntos por el Cambio. Entre ellos hay acusaciones y críticas cruzadas. “La verdadera contienda es La Libertad Avanza contra Massa, contra el kirchnerismo”, dijo anoche el candidato libertario. Antes había afirmado: “Bullrich es mucho menos que mi segunda marca”.
La polarización de Massa con Milei y el reconocimiento del ganador de las PASO del ministro de Economía como su antagonista, pone a la ex ministra de Seguridad ante un dilema de hierro, debido a que tiene que retener al votante de Larreta, sumar más votos y al mismo tiempo evitar fugas de sus electores más duros a la órbita del libertario.
De todos modos, son horas intensas para los arquitectos de la campaña de UP, que encabeza el catalán Antoni Gutiérrez-Rubí. Desde el lunes revisan planillas, números y los datos del escrutinio provisorio. En Bartolomé Mitre al 300 -el edificio del microcentro porteño donde se reúnen- como en otros laboratorios electorales, no esperaban que Milei tuviera tantos votos, que Juntos por el Cambio fuera a quedar segundo con el 28%, y que el peronismo terminaría en tercer lugar con el 27% de los sufragios.
Más allá del shock inicial, en el equipo de campaña observaban que la escasa diferencia entre el primero y el tercero -del orden del 3%- le permite a Unión por la Patria mantener una competitividad teórica equivalente a la que pueden tener La Libertad Avanza y a Juntos por el Cambio. “El problema de Massa no está en el escenario electoral, está en la economía”, resumió días atrás a este medio el director de la consultora Synopsis, Lucas Romero.
Por eso, después de la devaluación que llevó al dólar libre arriba de los 700 pesos, el aumento de tasas, y la confirmación del viaje de Massa a Washington para garantizarse los desembolsos del FMI, se espera que se apuren anuncios en línea con lo manifestado por el ministro el jueves pasado, para recomponer ingresos. “Estamos discutiendo con las centrales de trabajadores otorgar una suma fija que mejore los salarios de la base de la pirámide que están más complicados. Lo tenemos que hacer sin afectar las paritarias (…) que son parte del juego de discusión de la distribución que tiene la sociedad. El Estado regula y, cuando hay intransigencia de parte de uno u otro, tiene que tomar posición”, había dicho Massa.
Ya con el resultado puesto, en el equipo del ministro/candidato dejaron trascender a cuentagotas algunas ideas vinculadas a cómo van a encarar la etapa que viene. “Escuchamos el voto de la gente”, dijeron sobre el impactante resultado que tuvieron las PASO. Hacían foco tanto en la cantidad de votos conseguidos en el interior -Milei ganó en 16 provincias, sobre un total de 24- como así también en las intendencias del conurbano bonaerense, donde hubo un significativo corte de boleta y también ausentismo récord para una elección presidencial.
Por eso la idea inicial es retomar el diálogo con los gobernadores peronistas y convocarlos a revitalizar los aparatos partidarios a fin de recuperar votantes perdidos y aumentar la participación electoral. En algunas provincias y municipios del PJ la concurrencia a las urnas estuvo en el orden del 65% al 70%.
“Cayó la participación en escuelas y centros de votación en asentamientos y barrios populares. De todos los que se quedaron en la casa creemos que la mayoría son votantes nuestros”, admitía ayer un referente que conoce a fondo uno de los 20 municipios más poblados del conurbano bonaerense.
En Unión por la Patria advertían que la etapa nueva -el catalán Gutiérrez-Rubí ideó una campaña “etapista”, donde las PASO y las generales tienen dinámicas distintas- apuntará a dar respuesta a las demandas insatisfechas que expresó la sociedad con su voto, principalmente en lo referido a la cuestión de los ingresos y la seguridad. “La inflación es una preocupación, pero más todavía que no alcance la plata. La prioridad va a ser recomponer los salarios de los que menos ganan”, explicaron.
Son las medidas y, en lo discursivo, el contrapunto con las ideas de Javier Milei lo que manda en los primeros días posteriores al shock de la derrota. “No vamos a agraviar ni a descalificar. Vamos a explicar que tenemos propuestas diferentes a las de Milei y que esas medidas que propone pueden tener consecuencias muy negativas”, explicaron a Infobae. Y pusieron como ejemplo el impacto que podría tener en las pymes y el empleo la apertura de importaciones; la privatización de la educación en la igualdad de oportunidades; o la eliminación de indemnizaciones y vacaciones pagas para los trabajadores.
En el equipo de Massa creen que Milei no va a girar al centro, sino que va a continuar con la misma línea dura que planteó en campaña, que le dio un éxito arrollador en las PASO. Es un planteo que se apoya en las declaraciones que hizo apenas ganó: “Hay un teorema, que me parece una perversión horrible, el teorema de Baglini, que dice que conforme te acercás a la función te vas moderando, en mi caso eso no ha pasado ni va a pasar. Retroceder jamás”, le dijo Milei a Baby Etchecopar en su programa de A24.
“A los que tiren piedras los voy a meter presos y si me rodean la Casa Rosada, me van a tener que sacar muerto”, fue una de las frases que confirman que, lejos de moderarse e irse al centro, Milei está dispuesto a endurecer su discurso. Pero con cuidados claros: repitió que no va a quitar planes sociales, que la dolarización no va a ser de un día para el otro, que no va a quitar las vacaciones, que no va a liberar la tenencia de armas, y que el aborto sólo lo anularía después de un plebiscito.
Esas definiciones, más el áspero contrapunto que mantiene con Bullrich, son observadas con atención en Unión por la Patria. Sobre todo la pelea entre ambos candidatos opositores. Recuerdan que Larreta enfrentó durante toda la campaña un desgaste extra por las críticas y acusaciones de Milei. Difícil medir cuánto daño le causó. Pero el libertario ya cambió de objetivo.