En el mejor partido de la gestión del DT, Independiente goleó a Nacional, en Paraguay, y se pone a tiro de un título, después de 7 años
Una mitad de Avellaneda se despertó ayer con una sensación que parecía haber olvidado. Independiente construyó ante Nacional el mejor partido de la era Holan. A casi siete años de su último título, el Rojo, con la actuación de anteanoche, fijó su rumbo y se convirtió en un claro favorito para conquistar la Copa Sudamericana , torneo que ganó en 2010.
La goleada por 4-1 en Paraguay, donde la llave de cuartos de final quedó a un paso de cerrarse, encendió la llama de un plantel que venía de atravesar una de las semanas más complejas del año y que, con cuidado, puede atreverse a pensar un poco más allá. «Aún queda camino por recorrer, pero el equipo tiene muchas ganas de levantar una copa», dijo Ariel Holan , el ingeniero sigiloso de un plantel sin estrellas pero con excelentes artesanos. En Independiente creen que ha llegado el momento de dar el salto definitivo para completar la recuperación futbolística. Ya nadie se burla de los drones.
Durante los últimos tres meses, el plantel subió un escalón en su cadena evolutiva. Lejos de aquel equipo que se hizo fuerte en el primer semestre aferrado a sus individualidades y al vértigo, los últimos partidos del Rojo fueron la reseña de un conjunto maduro, pensante, que nutrió su forma de juego. Con más elaboración y variantes, ahora no depende tanto de lo que haga su rival. Holan, a fuerza de trabajo, edificó un engranaje funcional al bien común. La idea del entrenador se nota más que nunca. Su ADN está en cada triangulación.
Obsesionado con que sus jugadores puedan resolver y adecuarse a las eventualidades de cada partido, el director técnico vivió el triunfo en Asunción con la certeza de que su mecanismo está aceitado. Vio con satisfacción cómo sus futbolistas se repusieron a dos cambios obligados en el primer tiempo. Esta vez, incluso, a diferencia de lo que había ocurrido en muchos de los duelos anteriores, Independiente supo aprovechar las oportunidades de gol que generó. Saldó una deuda.
Con su familia custodiada por agentes de la policía de la Provincia de Buenos Aires yPablo «Bebote» Álvarez buscado por la Interpol, el entrenador, de 57 años, tuvo que hacer un esfuerzo para pensar con claridad en su trabajo. «Es algo que está en manos de mis abogados», fue lo único que dijo ante las consultas sobre la extorsión de la barra. En cada una de las ruedas de prensa se encargó de pedir que le preguntaran de fútbol. No quería desviar el foco.
Ayer, cuando el plantel regresó a la Argentina, Holan estaba más calmo. El resultado lo había despejado. «Tengo un equipo de leones», subrayó en el Aeroparque.
El fervor que se registra en Avellaneda no sólo tiene que ver con el resultado y el juego. Las estadísticas también son un resguardo. Por primera vez en su historia, Independiente ganó en cuatro países distintos en una misma competición: primero en Perú (a Alianza), más tarde en Chile (Deportes Iquique), luego en Argentina (Atlético de Tucumán) y anteanoche en Paraguay (a Nacional).
Desde que llegó a Independiente, Holan dirigió 31 partidos, de los cuales ganó 16, empató 10 y sólo perdió cinco. Cosechó 58 puntos sobre 93 posibles, lo que representa un 62,36 por ciento de eficacia, muy por encima del 45,39 por ciento que consiguió en Defensa y Justicia. De terminar la faena de cuartos con la conquista de las semifinales, el Rojo habrá llegado a la instancia de los cuatro mejores de un torneo después de siete años.
La tríada de clásicos
Si Independiente y Racing avanzan de etapa, se jugarán tres clásicos en una semana, dos por la Copa y uno por el campeonato. De ser así, Avellaneda, a fines de noviembre, se convertirá en una ciudad sobrecargada de ansiedad. Siete días que marcarán de una u otra manera el futuro inmediato de ambas instituciones. «Todavía falta, tenemos que pensar en la vuelta, pero si pasamos a semifinales preferimos jugar con Racing. Tres clásicos en una semana sería un lindo desafío, aunque hay un riesgo: el derrotado quedaría mal. Pero no hay problema de afrontarlo, nos gusta», reconoció ayer Leandro Fernández, autor de un doblete ante Nacional.
«Cualquier rival de semifinales, en cualquier torneo del mundo, es de alta intensidad. Si pasamos y nos llega a tocar con Racing, lo más importante es que debería ser una fiesta del fútbol, sabiendo que ambos iríamos a buscar el triunfo», agregó con prudencia y sensatez Holan, el conductor de un equipo que sueña con salir campeón.
El brazalete que utilizó Campaña tiene su historia
Independiente volvió a desempolvar su gloria. Al célebre saludo que recuperó este año, Martín Campaña -capitán ante la suspensión de Nicolás Tagliafico, expulsado ante ante Atlético Tucumán- llevó anteanoche un pedazo de la historia del club en su brazo izquierdo. El arquero lució una cinta con la imagen de uno de los planteles de Independiente de la década del 60, en la que empezó a escribirse la historia más grande de la institución.
Fue el obsequio de una simpatizante en Calama. Taglicafico había recibido la cinta de una hincha del Rojo que había viajado a Chile, para el duelo con Deportes Iquique. El Rojo perdió ese partido, pero pasó a los 8os de final por diferencia de gol.
Fuente:La Nación