Economía
“El salario real para toda la economía cerrará el año 2022 en un valor equivalente al del año 2003”. Esta fue la conclusión que arrojó un estudio del Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía, integrado por economistas egresados de la Universidad Nacional de Rosario, el cual da cuenta, asimismo, que la totalidad de la pérdida se experimentó desde 2015.
En la misma línea, de un informe de Fundación de Investigaciones para el Desarrollo – FIDE se desprende que con excepción de 2017, desde el 2016 se experimentaron en todos los años bajas paulatinas del salario, “hasta que en 2021 se logró detener esta tendencia”. Sin embargo, añade que en los últimos meses “la aceleración inflacionaria no logró ser compensada por la nueva reapertura de paritarias”.
Específicamente, el Mirador da cuenta de caídas del 1% para el primer trimestre, 0,4% para el segundo, y 1,6% para el tercero, lo que diferencia claramente el presente año del 2021, donde los salarios subieron en tres de los cuatro trimestres.
Como conclusión, añaden que durante la gestión del Frente de Todos “no se produjeron pérdidas reales tan significativas como las producidas durante los dos últimos años del gobierno de Macri, pero alcanzan para impedir que el salario insinúe un movimiento ascendente”.
Diferentes tipos de caídas
El estudio incluyó una evaluación del salario al interior de los sectores, dando cuenta que la variación salarial fue heterogénea, es decir que no todos los trabajadores experimentaron la misma pérdida.
Incluso, FIDE señala que si la ralentización de la economía “viene siendo más lenta que lo esperado” y no se avizoran recesiones, es porque entre otras cuestiones “el Gobierno se mostró muy activo en términos del favorecimiento de la política de ingresos a trabajadores privados registrados, salario mínimo vital y móvil y jubilados de la mínima, de modo tal que, a pesar de una inflación alta, casi logró compensar los aumentos de precios”.
Sin embargo, en relación a la gestión global, el Mirador señaló que los trabajadores registrados perdieron 4 puntos de poder adquisitivo, los públicos 9 puntos, y los no registrados 21 puntos. “Allí donde la representatividad sindical merma, la inflación acelerada es más difícil de seguir”, concluye este centro de estudios.