Política
En el albertismo reconocen que el acercamiento de Emilio Pérsico a Cristina Kirchner es el golpe de gracia contra los sueños de reelección del presidente.
La vicepresidenta recibió al líder del Movimiento Evita en su despacho un día después que una patota atacara en Isidro Casanova a militantes del Evita. En algunos sectores del peronismo vincularon a la patota al intendente Fernando Espinoza, ahora enfrentado a Máximo Kirchner.
Según anticiparon en La Matanza, Máximo fue uno de los primeros en llamar a dirigentes del Evita para solidarizarse. Le devolvieron la gentileza al invitarlo a una misa en la catedral de San Justo, frente a la municipalidad de Espinoza, que se realizará este lunes para pedir «por la paz».
En el Evita, que hasta ahora había sido el principal respaldo político de Alberto Fernández, dijeron que el acercamiento a Cristina se dio para fortalecer al Frente de Todos y con la voluntad de construir una alternativa competitiva a nivel nacional.
Justamente la alternativa de apoyar la reelección de Alberto parece extinguirse hasta para los propios colaboradores del presidente. En el albertismo dijeron que la jugada de Cristina con Pérsico es un golpe letal. Creen que de ahora en más la vicepresidenta se dedicará a aislar al presidente sin siquiera mencionarlo para que su figura por lo que queda del mandato sea testimonial.
En se sentido sacarle al Evita es clave y no esperan que Alberto reaccione. En ese sentido fuentes del albertismo dijeron a este medio que los colaboradores del presidente tiraron la toalla en términos de armado político.
Ahora esperan que Cristina siga sacándole soldados para reagrupar al peronismo detrás de su figura. «Alberto va a quedar cada día más desdibujado», reconocen.