Tiene cinco trabajos, pero encuentra sus pausas: medita todos los días y hace 17 años que se psicoanaliza. Vive solo, pero se despierta pensando en alguien..

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¿Alguna vez fuiste a una cancha de fútbol? Muchas veces y sobre todo en mi primera época en Radio Mitre, cuando llevaba famosos. Tengo una anécdota maravillosa con el tenor José Carreras. El quería ver a Boca y fuimos a la Bombonera, que jugaba contra Racing. En pleno partido, me dice: “Tengo ganas de hacer pis”. Estábamos en la cabina de transmisión y yo no sabía dónde quedaba el baño. Así que salimos e hizo pis ¡detrás de una columna!

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Sos coqueto y siempre usás moñito, ¿los coleccionás? Debo tener 600. Empecé de casualidad. El primero me lo regaló una amiga, y me lo puse un día que estábamos haciendo Soñando por bailar por Canal 13. Competíamos con Gran hermano y ese día arrasamos con el rating. Así que el Chato Prada (productor), que es re cabulero, me dijo: “Nunca más vengas sin moño”.

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¿Tu peor defecto? El malhumor. Me agarra cuando estoy muy cansado.

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¿Alguna vez fuiste a terapia? Hace 17 años que hago psicoanálisis. Creo que mucho de lo que logré en mi vida fue por tener apoyo psicológico. Me funciona como una guía y aprendí a valorarme.

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Debutás en el café concert, ¿sos un actor frustrado? Estoy feliz en el espectáculo Polino con Caviar, pero hago dos monólogos, hago de mí. Nunca quise ser actor.

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¿Podrías vivir lejos de los medios? Mi fantasía es algún día irme a París por un tiempo y bajar un cambio. No tengo asignaturas pendientes. Ya hice mucho más de lo que pensaba. No te olvides que empecé de casualidad limpiando en la revista Tal cual. Después llegué a la tele y al Bailando, donde Tinelli me recategorizó. De panelista de chimentos pasé a ser jurado. Siempre quise ser famoso.

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¿Hiciste deportes alguna vez? Sí, practiqué natación mucho tiempo. Ahora voy al gimnasio y hago rutinas anaeróbicas porque soy muy flaco. Hace 5 años que me hice vegetariano, pero por recomendación de Nacha (Guevara) empecé a comer pescado y salmón, así no “desaparezco”, como dice ella.

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¿Cuántas veces te pusieron un cero en el colegio? Ninguna. No era muy buen alumno, siempre zafaba. No fui chico “de ceros”. El otro día recordaba con una amiga que hice la primaria y la secundaria en un colegio bilingüe y no sé hablar ni una palabra de inglés. ¡No sé cómo fue! Ahora se habla del cero de Polino y me sorprende. Igual la gente lo vive desde un lugar divertido. El otro día fue el almuerzo por los 92 años de Radio Mitre y varios me decían: “Poneme un 0”. No me considero malo, más bien irónico.

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¿De qué lado estás de la grieta? No me gusta mucho la confrontación. Me parece que si no nos juntamos, no vamos para ningún lado. Cuando me convocó el Presidente para esa reunión con periodistas de espectáculos, me quedé helado. Yo iba con mi tema, que era la problemática de la adopción y, además, tenía varias preguntas de familias amigas, así que gran parte de la charla estuve pensando cuándo metía el bocadillo. Por suerte pude hacerlo y realmente fue muy amable. Sí, yo voté a Macri.

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¿Qué tenés de divo? Muchas cosas. Me gusta comprarme las telas para mis trajes en París. Tengo un sastre que me los hace a medida porque soy muy hinchapelotas, me tiene que quedar perfecto. Ahora, para el show del Maipo, tengo cinco equipos de vestuario para un espectáculo que va a durar una hora veinte. Adoro la ropa.

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De no ser famoso, ¿qué te hubiera gustado ser? Millonario y no hacer nada. Rascarme las bolas todo el día, todo lo contrario a lo que hago.

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¿Vas al supermercado? Prefiero morir de hambre. Detesto el supermercado, al igual que los trámites en el banco: poner el CBU, la clave…

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¿Tinelli o Rial? Depende. Si es para un programa periodístico, con Jorge nos miramos y ya sabemos lo que va a decir el otro. Y para uno de entretenimiento, prefiero a Tinelli. Hoy, soy como un “standapero”. Al periodismo lo agarro por otro lado. No estoy con el chimento todos los días, soy incapaz de ponerme a retuitear las boludeces de los artistas.

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Fuiste novio de Carmela, la hija de Pipo Pescador. Después se dijo que tenías un novio… ¡Ese es Matías, mi asistente! Estoy solo, pero prefiero guardar mi sexualidad para mí.

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¿Un lugar en el mundo para desenchufarte? París, siempre. Fui diez veces, ponéle. Adoro caminar por las callecitas, sacar fotos, charlar con los franceses con el poco francés que aprendí. Allá puedo andar en subte, ir a los mercados, algo que acá no.

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Iniciaste los trámites de adopción y llevás más de tres años de espera, ¿te angustia el tema? A veces estoy enojado porque no me toca; otras, digo: “Mejor que no llegue ese momento”. Tengo muchas ganas, pero no es que estoy en un estado idílico permanente, pensando en los juguetes y en cuando ande en bicicleta. Tengo mis fantasías. También mis idas y vueltas.

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¿Quién es el personaje más vende humo de la farándula? Wanda Nara. Hace 15 años que se fue del país y seguimos hablando de ella. A través de una fotito te vende un cuento: todos sabemos cuántos hijos tiene, dónde vive, cuánto gana el marido. No vive acá y no hizo nada. Es absolutamente marquetinera.

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¿Y de los periodistas? No me gusta hablar de mis colegas.

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¿Cómo sos de entrecasa? Cero conflictivo y muy tranquilo. Soy maestro superior en reiki y decodificador energético, que es una instancia más elevada. Eso me ayuda mucho a bajar un cambio. Medito todos los días y practico las horas del silencio que me enseñó Nacha. Los meditadores dicen que hay que apagar la radio (señala el cerebro). Es mi manera de conectar y desconectar. Igual, tengo cinco laburos: ¡tampoco es que medito cuatro horas todos los días!

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¿Dejarías todo por amor? (Piensa) ¡Es que estoy tan enamorado de mí! A ver: primero de todo, me quiero y trabajo para mí. Yo me levanto y laburo para las empresas Polino. Algunos venden salamines; otros, papas fritas. Yo vendo mi personaje.

Fuente: Clarin