El edil Alberto Hosel se mostró preocupado por las demoras en el proyecto.
El año pasado, el edil Alberto Hosel presentó un proyecto de ordenanza para la instalación de un crematorio municipal «que dependerá del Departamento de Cementerios, dependiente de la Dirección de Inspección General, Secretaría de Gobierno, o que en su futuro la reemplace», reza el texto.
Hosel, en diálogo con El Tribuno, informó que está «preocupado porque hace mucho tiempo que el proyecto está en la Comisión de Salud, esperando que el director general de cementerios, Jorge Bohuid, envíe la contestación sobre si es factible o no, la instalación del crematorio municipal» dijo.
Recorrida
El fin de semana anterior Hosel se acercó a los cementerios para ver en qué estado se encuentran y confirmó que se están realizando reparaciones en paredes y tendido eléctrico, entre otros arreglos, pero el problema de fondo, que es la falta de espacio, todavía espera una solución.
El proyecto de ordenanza presentado es uno de los más completos del país. «La idea principal es que el municipio compre los hornos crematorios y sean instalados en los predios de los cementerios públicos, De la Santa Cruz y San Antonio de Padua. «Los más perjudicados son los más humildes. Escasamente les alcanza el dinero para sobrevivir así que pensar en pagar un nicho es casi imposible. Eso son los cajones que se sacan después de las notificaciones de rigor», agregó. Una vez retirados de los nichos son llevados a un depósito en espera de su enterratorio en fosas comunes. «Si existiera un crematorio público, esto no sería necesario. Sería más digno. Me da mucha pena ver los cajones así», dijo el edil.
Cultura y fe
Por razones culturales y religiosas, los cementerios tradicionales existirán siempre, sin embargo, cada vez más los salteños optan por la cremación. «Hay gente que por más que su seguro contemple la cremación, o disponga del dinero no va a elegir ese sistema por una cuestión de creencias», dijo Bohuid.
El cementerio más antiguo es el De la Santa Cruz, que data de 1860, «actualmente tenemos cuerpos que están en los mausoleos que son de 1870 en adelante. Hay cuerpos de los que fueron los primeros sepelios en nichos (1900), que son «a perpetuidad’. Nosotros sabemos de manera fehaciente que en algunos casos ya no queda familia aquí y que no son visitados, pero fueron concedidos a perpetuidad, por eso no se los puede tocar», explicó Bohuid, quien remarcó la necesidad de avanzar en el Concejo Deliberante para modificar el ordenamiento legal y proceder con esos nichos. «Seguramente podremos implementar, como hay en otras provincias: que se permite un máximo de ocupación de 5 años con una prórroga de 5 más. Después tienen que optar por tierra o cremación.
La instalación de hornos crematorios no necesita demasiado espacio, «una superficie de 10 x 10 metros es suficiente, para una sala de espera y otra para el horno», explicó Hosel. En las necrópolis locales existe ese espacio.