La iniciativa establece nuevas alícuotas marginales escalonadas con tres segmentos en función del nivel de ganancia neta imponible acumulada.
Con la presencia del ministro de Economía, Martín Guzmán, y del Secretario de Política Tributaria del Ministerio de Economía de la Nación, Roberto Arias, en el recinto, y tras casi 20 minutos de interrupción por problemas con el sistema de audio, la iniciativa fue aprobada con 36 votos a favor y 26, en contra y contó con el apoyo del Frente de Todos y la oposición de Juntos por el Cambio y aliados.
Al abrir el debate como miembro informante por el oficialismo, el senador y titular de la Comisión de Presupuesto Carlos Caserio destacó que «la progresividad del impuesto en el proyecto de ley está destinada a ayudar a las pequeñas y medianas empresas que hacen un esfuerzo en condiciones desfavorables y que no están sujetas a crédito».
“Esta ley trae alivio a los que están tratando de crecer y luchan por sobrevivir y trae un pedido de contribución a los que ganan mucha plata en Argentina”, agregó.
En tanto, el senador del Frente de Todos, Oscar Parrilli, defendió la iniciativa, pero pidió ir más allá. «Esta ley viene a traer un poco de justicia, pero además se debería ir avanzando en otros aspectos si queremos recaudar impuestos para sobrellevar las consecuencias de la pandemia».
A su turno, el senador de Juntos por el Cambio, Roberto Basualdo, planteó la oposición de su bloque al proyecto y sostuvo que “espanta las inversiones». «Estamos fomentando el negro porque, sobre todo las Pymes, no van a querer pasarse de la escala”, acotó.
“Este proyecto solo tiene un objetivo recaudatorio”, sentenció, por su parte, el senador de Juntos por el Cambio, Víctor Zimmermann. “En este contexto, aumentar impuestos es claramente recesivo, genera desánimo, desalienta la inversión y la creación de empleo”, explicó.
Al momento de los cierres, el senador de Juntos por el Cambio, Martín Lousteau, señaló que “este es un aumento de la presión tributaria sobre el aparato productivo, que además lo vamos a ver en la recaudación”.
“Es cierto que hay algunas compañías que van a pagar menos, otras parecido o un poco más, pero las que van a pagar bastante más son dos terceras partes de las ventas totales”, advirtió.
Por último, la vicepresidenta del bloque del Frente de Todos, Anabel Fernández Sagasti, cerró: “Estamos dando un paso importante es la sostenibilidad de la economía y de la justicia tributaria. Vamos a poner una mayor carga tributaria a una minoría para promover un alivio en la mayoría de las empresas de la Argentina”.
“Este proyecto significa que el 90% de las empresas no van a pagar el impuesto a las ganancias y el 1%, si”, defendió.
El proyecto establece un primer escalón de 25% para ganancias netas acumuladas de hasta $5 millones, una alícuota que no sólo abarcará a las pymes sino también a la mayoría de las medianas empresas.
El segundo escalón -de 30%- es para ganancias netas acumuladas de más de $5 millones y hasta $50 millones, y un último segmento de 35% para ganancias netas acumuladas superiores a $50 millones. Los dividendos distribuidos pagarán en todos los casos la alícuota de 7%, a través del impuesto cedular vigente.
Este esquema significa que habrá un aumento de la presión tributaria exclusivamente en el segmento de empresas con mayores ganancias declaradas en tanto que habrá una baja de la carga impositiva para 9 de cada 10 empresas.
Estas modificaciones representarán un ingreso adicional para el Tesoro de unos $133.164 millones, según un análisis de la Oficina de Presupuesto del Congreso, que midió cuánto dinero más se podrá recaudar por las modificaciones en comparación con la actual situación del gravamen.
Además, se incluyeron incentivos para la incorporación de mujeres, travestis, transexuales y transgéneros como directores y síndicos de las empresas; y en segundo término, se aclaró en la redacción que no se reducirá la alícuota del 41,5% para los juegos de azar.
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Con información de Ámbito