Los gobiernos se comprometieron a mantener personal militar en los cruces limítrofes para impedir el tránsito de personas; El Salvador rechazó pactar con la administración de Biden
WASHINGTON .- El gobierno de Joe Biden anunció acuerdos con México, Honduras, Guatemala y El Salvador para que elevan la presencia de tropas en sus fronteras con el objetivo de frenar la llegada de inmigrantes a Estados Unidos justo cuando la Casa Blanca comienza a tener problemas para lidiar con la ola adultos y niños desde América Central a la frontera sur del país.
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador se comprometió a mantener 10.000 soldados en la frontera sur del país con Guatemala, que a su vez prometió enviar a 1500 efectivos a la frontera con Honduras, y poner en marcha 12 controles en la ruta que siguen los migrantes.
Honduras dijo que desplegará a 7000 efectivos, indicó la vocera presidencial, Jen Psaki. El anuncio llega luego las gestiones de la Casa Blanca en la región por parte del principal asesor de Biden para América latina, Juan González; la llamada “zar de la frontera”, Roberta Jacobson, que dejará su puesto a fin de mes, y el enviado Especial de Biden para los países del Triángulo Norte, Roberto Zuñiga.
“El objetivo es hacer más difícil el viaje y hacer que cruzar las fronteras sea más complicado”, reconoció Psaki. “Trabajamos con ellos para aumentar la aplicación de la ley en la frontera para disuadir el viaje, que es un viaje traicionero, donde muchos pierden la vida”, afirmó.
Al motivo disuasorio de la mayor presencia de efectivos en el camino de los migrantes a Estados Unidos se agrega una razón de seguridad: mitigar la influencia de los cárteles en la procesión de los migrantes a Estados Unidos, según remarcó el asistente del Consejo de Política Nacional de la Casa Blanca, Tyler Moran.
“Hemos asegurado acuerdos para que pongan más tropas en su propia frontera. México, Honduras y Guatemala han acordado hacer esto. Eso no solo evitará que los traficantes, los contrabandistas y los cárteles que se aprovechan de los niños en camino, sino también protegerá a esos niños”, argumentó Moran.
Pero la razón de fondo del acuerdo forjado por los gobiernos –del cual no participó el gobierno de El Salvador de Nayib Bukele, que parece mantener una relación tirante con el gobierno de Biden– es intentar frenar la oleada de migrantes, que se encamina a ser una de las peores de las últimas décadas.
Solo en marzo las autoridades fronterizas de Estados Unidos detuvieron a casi 19.000 chicos que viajaban solos, una cifra jamás vista. Y las detenciones en la frontera apuntan a ser las más altas en al menos 20 años.
La crisis en la frontera ya obligó al gobierno federal a reclutar personal entre las agencias federales para acelerar la maquinaria burocrática que se abre cada vez que un inmigrante indocumentado, sobre todo, los chicos que viajan solos, caen en manos de las autoridades de Estados Unidos.
Falta espacio en las instalaciones en la frontera para albergar a todos los migrantes, y la cantidad de chicos que han llegado al país ha provocado demoras en el traspaso de la patrulla fronteriza a la Secretaria de Salud y posteriormente hasta algún pariente o conocido que pueda asumir el cuidado de los chicos.
Por Rafael Mathus Ruiz