El gobernador Gustavo Sáenz estuvo ausente en los actos en Salta a 39 años del desembarco argentino en las Islas del Atlántico Sur.
Con la ausencia del gobernador Gustavo Sáenz se realizaron las actividades en Salta por la conmemoración de los 39 años del desembarco argentino en Puerto Argentino, de las Islas Malvinas, lo que dio inicio al conflicto bélico de las Islas de Atlántico Sur.
Sorprendió a todos que los actos estuvieron encabezados por el presidente de la Cámara de Diputados, Esteban Amat Lacroix; y el ministro de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Provincia, Matías Cánepa. Siempre el acto por Malvinas del 2 de abril en Salta fueron encabezados por el gobernador de turno.
El resto de las autoridades estuvieron todas. El presidente de la Corte de Justicia de Salta, Guillermo Catalano; los ministros Juan José Esteban, Verónica Figueroa y Pablo Outes; los legisladores nacionales Andrés Zottos y Alcira Figueroa; y provinciales como Mónica Juarez; y del Concejo Deliberante de Salta, Jorge Altamirano; entre otras tantas autoridades.
Ellos fueron los que acompañaron a veteranos y familiares de los caídos a dejar las ofrendas florales ante el monumento que los recuerda en la cara este del Campo La Cruz.
Tras la revista de tropas en la que acompañó el comandante de la V Brigada de Montaña «General MANUEL BELGRANO«, de la Guarnición de Ejército Salta, el coronel mayor Javier Alberto Palazzón.
Antes del desfile, que es el momento más emotivo, se escucharon las tradicionales palabras del capellán del Ejército, Luis Talló Figueroa quien recordó a los presentes que este 2 de Abril «es un día especial porque cae justo para el Viernes Santo», dijo el religioso. Utilizó por lo tanto el paralelismo del sacrificio de Jesuscristo en la Cruz y dijo que con su muerte se puso al descubierto el crimen de matar al adversario. En un juego de palabras brillante dijo: «la muerte murió con él», dijo refiriéndose a Jesús. Y los trazó a los caídos de Malvinas diciendo que «tanto dolor y tantas muertes no hayan sido en vano».
En la lectura que se hizo sobre el mensaje del ministro de Defensa de la Nación, Agustín Rossi, se destacó el «recuerdo permanente» de la causa Malvinas y se adelantó que para los 40 años del aniversario (el año que viene) del 2 de Abril habrán grandes actos.
Del otro lado del mostrador, el presidente de la Comisión Provincial de Veteranos de guerra de Malvinas, Juan Enrique Guanuco, declaró que aún están pidiendo al Gobierno nacional que le hagan el verdadero reconocimientos en Plaza de Mayo con todos los honores. Y arengo a la ciudadanía que «se debe trabajar por la identidad nacional» , y que «Malvinas es el mejor ejemplo para pensar en la unidad nacional», dijo el veterano ante una multitud que se dio cita en una mañana que amenazaba con lluvia, pero que al momento del desfile abrió destellos de sol para que los veteranos y los familiares de caídos reciban el encendido aplauso lleno de lágrimas a su paso.
La memoria está asegurada
Gloria Zavala desfila en Campo La Cruz.
Gloria Zavala es la hermana de Mario José, el chico salteño que falleció en el hundimiento del Crucero ARA General Belgrano, que se produjo el 2 de mayo de 1982.
Mario tenía 18 años y estaba había salido de su casa en Hipólito Yrigoyen para hacer la colimba. Sin explicación alguna estaba participando en el conflicto bélico en el Atlántico Sur. Gloria tenía 16 años cuando lo vio por última vez a su hermano.
«Mi papá trabajaba en el ingenio San Martín de Tabacal y nosotros tuvimos una infancia de pueblo, de inocencia plena, de salir a las fiestas y para sacarme a bailar los changos primero le pedían permiso a él. Mario jugaba en las inferiores del Club Deportivo Tabacal y estudió en la Técnica de Orán. Como compañero siempre fue muy solidario con todos. Mi papá se llamaba José Venancio y se murió esperándolo. Mi mamá se llama Celina y hoy tiene 82 años y sigue viniendo y desfilando para todos los 2 de Abril», dijo la mujer que hoy ya vive en zona norte.
«Las madres que perdieron a un hijo en Malvinas ganaron muchos otros hijos, que ahora son todos hermanos y que se multiplican en sobrinos, porque todos somos ahora una gran familia malvinera».
Ella ya tiene a su familia armada. Hoy, en Campo La Cruz, también estuvieron presentes Antonella y Javier, sus hijos para homenajear a su tío. «Ellos llevan a Malvinas desde la panza. Todo el proceso de reivindicación, de memoria, de duelo lo vivieron en carne propia. Y eso se hizo sentir porque cuando iban a la escuela decían orgullosos que yo había ido luego a las Islas y hablaban de su tío. Ellos experimentaron todo el dolor de perder a alguien en la guerra», dijo la mujer.
Como una suerte misma del destino caprichoso en volverse circular, Javier tiene 21 años y Antonella 18, casi la misma diferencia de edad que José y Gloria. «Con mis hijos se cierra un círculo. Ellos son la esperanza de la Gesta de Malvinas, ellos son los que deberán tomar la posta y levantar la bandera que dice que está prohibido olvidar. Nosotros, los padres y hermanos estamos grandes y en algún momento no estaremos más. Con estos sobrinos y todos los demás sobrinos la memoria está asegurada», dijo.
Fuente: EL TRIBUNO
