Italia se blindará durante las fiestas de Navidad.
Los datos y los errores acumulados no permiten otra cosa. La tasa de contagio ha pasado de 0,82 a 0,86, el número de fallecidos alcanzó el viernes los 674 y el índice de positividad superó el 10%. Sin mucho más margen, la línea dura se ha impuesto en el seno del Ejecutivo, que durante todo el día mantuvo un debate acaloradísimo entre sus diferentes facciones. Las medidas se aplicarán desde el día 23 al 7 de enero y tendrán dos niveles: rojo y naranja. Los días festivos y de vigilias, es decir, 10 jornadas completas, el país se situará en nivel de máxima restricción y en un confinamiento casi total, durante el que está prohibido moverse entre municipios para festejar con familiares o allegados. “Se saldrá de casa por motivos de salud, trabajo y necesidad”, especificó Conte durante la rueda de prensa. Los otros cuatro días se permitirá un mayor grado de circulación y de apertura de comercios. Poco más.
El primer ministro, Giuseppe Conte, resistió hasta el último momento para que Italia no se sometiese a un nivel de restricciones tan duro. El presidente del Consejo de Ministros, empujado por los empresarios, defendía una posición más suave para proteger la economía en un momento especialmente importante del año. Pero la línea del Partido Democrático, todavía más dura de la que finalmente se ha acordado, terminó imponiéndose.
Italia permanecerá confinada 10 días de los 14 que durará el periodo navideño (del 23 de diciembre al 7 de enero). Durante esas jornadas -nivel rojo- solo se podrá salir de casa con una autocertificación que acredite motivos esenciales (como trabajo o comprar alimentos). Los bares y restaurantes permanecerán cerrados y los comercios que no sean básicos tampoco podrán levantar el cierre. Es la misma situación que han vivido las regiones con más contagios en las últimas semanas.
El resto de días (del 28 al 30 y el 4 de enero), el país se someterá a un régimen algo más flexible que permitirá la apertura de los comercios, pero no de bares y restaurantes. Básicamente se intenta con este paréntesis salvar algunos días de compras navideñas y de actividad comercial. Pero si no llegan las ayudas, denunció la oposición, la temporada será desastrosa. Especialmente teniendo en cuenta que no se previno la situación. “Comprendemos los sacrificios que se realizarán. Quien sufra daños económicos será inmediatamente compensado. El decreto habilitará 650 millones para restaurantes y bares”, anunció Conte.
La circulación estará limitada al propio municipio durante los 14 días. Solo quienes habiten en pequeñas localidades podrán desplazarse hasta unos 30 kilómetros de distancia. Pero quienes deseen desplazarse dentro de esas limitaciones, solo podrán hacerlo de dos en dos o con hijos menores de 14 años. Es decir, una persona que vaya a visitar a su madre, por ejemplo, podrá hacerlo como máximo acompañada por otro adulto y por menores de 14 años. La misma regla se aplicará para visitar la casa de algún familiar los días en que se celebran cenas y comidas navideñas. Si una familia supera ese número de miembros, no podrá asistir al completo a una celebración en otra casa. En el caso de los no familiares, se permite que sean invitados solo aquellos con los que se tiene una relación, no los amigos. Una norma, de nuevo, demasiado vaporosa para que se respete.
Fuente: El Pais