El avión de aerolíneas que traerá las vacunas es un Airbus 330.
«La carga en los aviones es como un tetris, dependiendo de cómo sean los pallets y el packaging podemos traer miles o más de un millón de vacunas en cada vuelo». Así explicaron a LA NACION fuentes aeronáuticas la logística de relojería que delinean desde Aerolíneas Argentinas para traer al país las dosis de Sputnik V, la vacuna rusa contra el coronavirus Covid-19 que compró el gobierno nacional.
Mientras circulan versiones cruzadas sobre los problemas de traslado, en la línea de bandera aseguran que cuentan con aeronaves capaces de traer la vacuna desarrollada por el Fondo de Inversión Directa de Rusia (RDIF, el fondo soberano de la Federación Rusa).
Fuentes aeronáuticas explicaron que estaban a la espera de los detalles técnicos para comenzar a calcular cuál es la capacidad máxima de traslado en cada viaje, que, estiman, durará 39 horas entre que despega y regresa al aeropuerto internacional de Ezeiza.
Al mediodía de hoy no estaba confirmado todavía cuándo saldría el vuelo. «No está definido el día de partida. Algunos hablan del 21, pero ese día no es, aparentemente. Puede ser el 22 o 23. Por ahora está todo hermético y no llega mucha más información», habían explicado desde la aerolínea de bandera a este medio, y agregaron. «Lo que sé es que sí vamos a hacerlo, y que se usaría el espacio en bodega únicamente. No es como con los vuelos a China, que se usó la cabina para traer barbijos. Serían aproximadamente 39 horas entre ida y vuelta y tiempo de carga».
Por la tarde, las mismas fuentes explicaron que el panorama comenzó a ser más preciso y adelantaron cuál sería la hora de salida y regreso del vuelo: «El avión sale sin adecuación de la configuración. No se ocupa la cabina. El horario estimado de salida es el 22 de diciembre a las 3 de la mañana con regreso el 23 de diciembre a las 18.30. Son entre 16 y 17 horas de vuelo entre la ida y la vuelta y seis horas en Rusia para la carga».
«Se reciben las cajas refrigeradas y se colocan en la bodega que tiene una capacidad de carga aproximada de 16. Pero, por los datos que recibimos, las 300.000 dosis tendrían un peso de ocho toneladas, nada más», agregaron desde la compañía de bandera.
Un experto en carga que lleva más de una década en la firma, quien dijo que todavía faltan responder dos cuestiones clave para poder realizar el traslado. «No nos dijeron si serán pallets americanos u europeos. Aún faltan confirmar detalles precisos de la carga embalada, como qué elementos se utilizarán para la refrigeración y qué tamaño tendrá cada uno de los bultos. Datos necesarios para evaluar las dos variables claves para el transporte: superficie y peso», dijo.
Para ejemplificar el concepto de «tetris», y que la optimización del espacio determinará cuántas vacunas llegarán, detalló: «Por ejemplo, en las bodegas de los aviones, el alto máximo de los pallets es de 1.60 metros. Entonces, suponiendo que se pudieran apilar una arriba del otro, si tienen 85 centímetros, no se podrían poner dos porque no da el alto. Aun no tenemos definida la altura».
En el mundo existen dos medidas de pallets estandarizadas: los americanos y los europeos. «Los rusos no suelen usar nada que tenga que ver con los americanos, así que creemos que van a optar por los europallets», detalló.
La diferencia entre ambos tiene que ver con las dimensiones: los americanos miden 1.20 por 1 metros. Los europeos 1.20 metros por 80 centímetros. En lo que coinciden es en el peso, unos 25 kilos, y la capacidad máxima de peso a soportar en movimiento oscila entre los 1200 y los 1500 kilos. «En el caso de vacunas, cada pallet pesa aproximadamente unos 200 kilos con su contenedor incluido» dijo un experto en la industria que habitualmente transporta vacunas.
«Ya pedí más información, pero seguimos esperando. Están laburando a 220 con documentaciones de las vacunas. Lo nuestro viene después para ellos en prioridad», contaron las fuentes consultadas.
La carga navideña sería solo en bodega
«Por la cantidad de dosis acordadas en esta primera partida, deberían entrar en las bodegas del avión. No haría falta sacar los asientos del sector turista para reconfigurar la cabina del avión. Eso acelera los tiempos y estaríamos saliendo el 22 de diciembre para hacer un vuelo sin escala», explicaron personas con acceso al detalle del viaje.
El viaje de 13.497 kilómetros entre el partido bonaerense de Ezeiza y la capital rusa se estima en 16 horas sin escalas en el del Airbus 330 de Aerolíneas. «Se está trabajando con los pesos, previendo que será más volumen que peso bruto, pudiendo operar sin escala de abastecimiento», explicó la fuente consultada.
«Hasta ahora, lo que se vio de la Sputnik V fueron algunos envíos chicos. No vimos envíos masivos, así que no se sabe bien las características del packaging», detalló la fuente, que reconoció estar a la espera de la información para poder hacer los cálculos finales que determinen cuántas dosis serán las máximas que podrán transportar en cada vuelo, hasta completar las 10 millones de dosis acordadas entre la administración de Vladimir Putin y la de Alberto Fernández.
Según un experto de la industria habituado al transporte de farmacéuticos, en este punto el packaging o «embalaje» es clave para evitar grandes variaciones de temperatura que puedan alterar a las vacunas. «Para entenderlo en términos cotidianos con algo que se consume de forma masiva: para mantener un kilo de helado, sin hielo seco pierde frío más rápido, y mientras más hielo seco tiene, más tiempo tarda en perder frío, la cantidad de hielo seco se traduce en tiempo de refrigeración». La misma fuente menciona que en el caso de la vacuna de Pfizer se usa hielo seco porque es lo único que puede conservar las dosis a ultrabajas temperaturas y por el tiempo que se requiere, habitualmente entre 48 y 72 horas en trayectos cortos. Otras vacunas (como la rusa) necesitan -18 grados, y para ello no solo hay hielo seco, también hay otros productos en el mercado como pack con frío».
Del viaje transatlántico participan al menos dos equipos o tripulaciones. «Una parte hace el viaje de ida y la otra el viaje de vuelta. No son las mismas personas las 39 horas despiertas. Tienen un sistema de rotación, como cuando hicimos los viajes a China para buscar los insumos al inicio de la pandemia», detallaron.
La Nación