Entre los consejos ancestrales más difundidos en la actualidad figuran “Los cuatro acuerdos de los toltecas” que son la herencia de una cultura precolombina surgida hace mil años en el sur de lo que hoy es México y que se caracterizó por el amplio desarrollo de sus conocimientos esotéricos.
Si bien la conquista europea obligó a los naguales a esconder su sabiduría ancestral, esta logró sobrevivir transmitiéndose de generación en generación, y en el año 1997, alcanzó una repercusión mundial con la publicación del libro “Los cuatro acuerdos” de Miguel Ruiz.
Uno de los maestros Nagual de los caballeros del Águila, Don Miguel Ruiz, ha compartido con el mundo este conocimiento, esta sabiduría tolteca; Don Miguel nace en una familia en la cual su madre es una importante curandera y su abuelo un chamán, y hoy él profundiza el estudio de las tradiciones de su familia, y reúne el conocimiento moderno (él es cirujano) con la antigua sabiduría tolteca guía a las personas hacia nuevos confines de la percepción y hacia la libertad.
En su libro y basándose en la sabiduría de los antiguos toltecas, Ruiz relata la cosmovisión que el ser humano debería tener para estar en equilibrio personal, emocional y social. Según sostiene, para ser felices las personas debiéramos comenzar por tomar la decisión de serlo.
Además, recomienda aplicar los cuatro acuerdos de la Sabiduría Tolteca.
¿Cuáles son los 4 acuerdos de la sabiduría Tolteca?
Primer acuerdo tolteca
- Sé impecable con tus palabras
La palabra es potente. Úsala en el modo justo, úsala para compartir el amor. Aprended a decir cuanto son de maravillosos, que grande eres. Reconoce cuanto te amas. Usa las palabras para romper todos los pequeños acuerdos que te hacen sufrir…
Este acuerdo por sí solo puede cambiar nuestras vidas. La impecabilidad de las palabras nos puede guiar hacia la libertad personal, hacia el suceso y la abundancia. Puede quitar el miedo y transformarlo en alegría y amor.
Come se suele decir: “hiere más una palabra que una espada” y el poder de la palabra es algo extraordinariamente fuerte, se necesita saber usarla y comprenderla, no usarla para herir y elegirla de modo asertivo.
No hay que creer que se sabe el exacto significado de cada palabra que se escucha y sobre todo aprender a dialogar.
Segundo acuerdo tolteca
- No te tomes nada de manera personal
El mundo entero puede hablar sobre nosotros, pero si no lo tomamos en modo personal, seremos inmunes. Si alguien nos envía su propio veneno emocional, nosotros no lo tenemos que digerir. El veneno rechazado empeora la situación de quien lo ha enviado y no la nuestra.
Veamos entonces cuan importante es este acuerdo.
Este es uno de los puntos más difíciles de seguir, pero el más importante.
Jamás tomar como personal las palabras expresadas por los otros, éste es el modo más rápido para caer en la trampa del enemigo que nos verá vulnerables y débiles.
Ignorando el juicio de los otros estaremos en grado de no dejarnos manipular y continuar libres.
En el fondo cada uno sabe bien quien es y cómo es en realidad y ninguno debe modificar esta percepción que cada uno tenemos de nosotros mismos.
Aquello que los otros dicen y hacen, las opiniones que manifiestan, todo sigue los acuerdos que ellos han cogido consigo mismos y no con nosotros.
Este modo de vivir evita conflictos, evita el hecho de sentirse ofendidos y no tendremos necesidad de defender nuestras convicciones, de este modo no haremos más grande alguna situación que en realidad es realmente pequeña.
Tercer acuerdo tolteca
- No supongas
Hay que tener el coraje de pedir explicaciones hasta que la situación nos quede clara y así entonces evitar de pensar que sabemos todo aquello que hay que saber sobre algún argumento. Una vez oída la respuesta, no hay más necesidad de saber nada, ya que sabremos toda la verdad.
Encontremos el coraje para pedir todo lo que deseamos. Los demás tienen el derecho de responder si o no, pero nosotros tenemos siempre el derecho de pedir. Del mismo modo, cuando los demás nos piden cualquier cosa, es nuestro derecho concederlo o no.
Se necesita aprender a comprender la verdadera naturaleza de nosotros mismos para conocer los propios límites y la propia posibilidad de poder vivir la vida sin suponer que una determinada situación signifique por obligación alguna cosa.
Todas la tristeza y el dolor de la vida son en realidad fundados, la mayoría de las veces, sobre suposiciones de coger las cosas en modo personal, bastaría pedir explicaciones y no suponer.
Cuarto acuerdo tolteca
- Haz siempre lo máximo que puedas.
Digamos NO cuando queremos decir NO y digamos SI sólo cuando queremos decir SI.
Tenemos el derecho de ser nosotros mismos y podemos serlo solamente si hacemos siempre lo máximo que podamos.
Cuando no lo hacemos, nos estamos negando el derecho de ser nosotros mismos. Esta es una semilla que deberíamos cultivar en la nuestra mente.
No son necesarios grandes conocimientos o conceptos filosóficos, ni ser aceptados por los demás.
Expresemos nuestra divinidad estando vivos y amándonos a nosotros mismos y a los otros.
Es una expresión divina decir: “Te quiero mucho”.
Se necesita aprender a dar siempre el 100% de nosotros mismos en aquello que hacemos, muchas veces sucede hacer las cosas solo por el hecho de hacerlas, es un error, se debe siempre ofrecer lo mejor sin exagerar.
Lo importante es no juzgarse para no caer en el sentimiento de culpa, si damos lo mejor de nosotros mismos aprendemos a aceptarnos.
5. El hijo, Don José Ruiz, ha agregado un acuerdo más, El Quinto acuerdo, siempre fundamental para encontrar la libertad.
Sé escéptico, pero aprende a escuchar.
Fuente: Formarse, un sitio para crecer