Inestable como viene siendo, Barcelona pasó de desarrollar más de una hora de muy buen fútbol, con control de la pelota y presencia ofensiva, a 20 minutos finales en los que sufrió. No supo establecer diferencias más amplias durante los pasajes más favorables y en el cierre dependió de la mala puntería de Real Sociedad y de una tapada milagrosa de Marc Ter Stegen.
Tras el susto, Barcelona pudo valorar la victoria ante uno de los punteros de la Liga de España, que llegó al Camp Nou con varias bajas, entre ellas, la de David Silva. El equipo catalán, que adeuda dos partidos, quedó a seis unidades de los líderes.
El buen primer tiempo de Barcelona fue inmune al golpe de quedar en desventaja cuando Real Sociedad había hecho muy poco, casi que no había llegado hasta el arco de Ter Stegen. Pero como la confiabilidad defensiva no es una característica de este Barcelona, William José aprovechó un descuido y puso el 1-0 para el equipo donostiarra a los 27 minutos. Con Gerard Piqué lesionado y Lenglet en el banco, Ronald Koeman dispuso una zaga central, entre el uruguayo Ronald Araujo (21 años) y Oscar Mingueza (21), que solo había jugado en el Barca B.
Barcelona siguió en plan dominante, con Messi liberado en zonas centrales. La movilidad y la llegada de jugadores desde sectores intermedios pusieron en apuros a Real Sociedad. Pedri tuvo el gol en un cabezazo que salió desviado, Messi desvió un remate por encima del travesaño, otro de Griezmann dio en el travesaño y un zurdazo de Braithwaite salió alto.
El constante asedio ofensivo de Barcelona tuvo premio en un derechazo de Alba -una rareza ese golpe en alguien acostumbrado a resolver con la izquierda- para el empate. Messi entraba mucho en juego -con 55 toques de pelota fue el más activo de su equipo en el primer tiempo- y también alentaba al compañero que se desenfocaba delante del arco. «Dale, dale», lo animó al dinamarqués Braithwaite tras una definición defectuosa.
El gol del 2-1 surgió en la enésima asociación entre Messi y Alba. El rosarino buscó la proyección del lateral, que despachó el centro que conectó Frenkie De Jong, volante del que se espera una mayor presencia en el área. El tanto fue convalidado por el VAR, ya que en principio había sido anulado por un presunto off-side del holandés.
La superioridad de Barcelona continuó en el comienzo del segundo tiempo. Griezmann, que estrenó un peinado con trencitas caribeñas, tuvo dos oportunidades seguidas. Una de ellas, desperdiciada de manera increíble: debajo del arco, el toque de la pelota le salió hacia un costado, a las manos del arquero, que había quedado fuera de acción. Hubiese sido el 3-1 y una tranquilidad que Barcelona necesita para seguir madurando como equipo.
Se desdibujó Barcelona en el tramo final. Penó para conservar el triunfo. Messi dejó de ilusionarse con el gol 643 y aprovechó una falta de amonestación de Le Normand para quedarse un rato en el piso y que la atención de los fisioterapeutas enfriara a una Real Sociedad que buscó con determinación y estuvo cerca del empate.
Fuente : La Nación
